Hace diez años (nada menos) me cautivó su acústica dibujada junto a las vías del tren en la portada de su tercer álbum y no he dejado de seguir a cierta distancia su frágil voz de perenne adolescente y los climas bucólicos de su música. Se había extraviado un poco con trabajos discretos, pero un embarazo la ha alumbrado para firmar un sensacional último disco, Warp & Weft (Raven Marching Band, 2013). Produce Tucker Martine, su marido, y a este hombre lo vengo marcando desde hace un tiempo por su fértil conexión con otras señoritas (Tift Merritt, Beth Orton). Laura Veirs renace erguida y segura con un repertorio excelente, bien respaldada (Brian Blade, Neko Case, Rob Burger, personal de My Morning Jacket) e iluminada en la rúbrica de canciones de lustroso pulido (Sun song, That Alice, White Cherry) que mejoran el disco a medida que transcurre.
Nota:
8/10
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