El miércoles
compré en cd uno de sus discos, Magic & loss, uno de los que aún conservo
en vinilo. Es un álbum conmovedor, crudo, profundo y hermoso. Se lo dedicaba a
dos personas que había perdido. Unos días atrás leía la descripción que de él
hacía Rosa Montero, con la mirada en sus ojos, antes de entrevistarlo hace años
para un periódico. Y hoy… nada. Un día aquí estamos y al otro ya no somos más
que polvo y recuerdo. Lejano, una roca, así parecía aquella noche de verano de
2004 en Santiago. Vino en lugar de Bowie, qué putada. Él estuvo bien, pero el escenario,
el Monte do Gozo, no era el idóneo para uno de sus conciertos. Cerró con Sweet
Jane y Perfect day, se llevo un merecido aplauso. No estará en mi isla desierta
Lou Reed, pero vaya, era más que bueno. Feliz viaje al lado salvaje.
domingo, octubre 27, 2013
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