Joyas honestas que llaman a la
puerta por destinos y casualidades. Milana, el pájaro de Azarías.
Milana, esta banda que hace música en Extremadura y que la escuchas
como si estuvieras muy
lejos, a cielo abierto entre piedras y campo.
“Porque hacemos country rock, porque vivimos en el Oeste, porque
somos de aquí, porque venimos de allí, porque somos campo y
piedras.”
Uno siente al nadar entre los
temas de Campo y piedras (2014), su
primer álbum, que le
golpea el aire de la autenticidad y la pureza de la entrega pasional
al oficio musical: ocurre al entrar en El viaje, al dejarse mover por
Hojas secas, al volar con Tiempo de lobos o al correr con Niña de
arena y sol. Es el mismo clímax que fluye de las
canciones de Niño y
Pistola, que vienen rápido a la mente. O
de no pocos gigantes y escuderos del rock americano de raíces, fuente y herencia del pulso que enciende a Milana.
Bandas del perfil y la esencia
de Milana conocemos más de unas cuantas. Muchas florecen y se
marchitan. Pocas quedan para
plantar su huella;
Milana es (o debería ser) una de ellas. Santos inocentes de nuestro
country rock.
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