Muchas veces, la mayoría de las veces, Pixar es el padre y la madre que nos sacan de un apuro, el tronco del naufragio. Las películas de Pixar nos devuelven a la infancia sin perder el presente, nos hacen reír como niños y disfrutar como adultos. O al revés. Las historias que anima Pixar (Ratatouille, Los increíbles, las tres de Toy Story o Monstruos S.A., por poner unas pocas de las mejores) rebosan ternura, hilaridad, inteligencia, ritmo, emoción y humanidad. Alabado sea.
Inside out (Del
revés) quizá sea su cumbre. Sin quizá. Es su Everest. Porque nos radiografía. En
ella nos vemos todos, con nuestra alegría, nuestra tristeza, nuestra repulsión,
nuestra ira y nuestros miedos. Así somos y así seremos. Y dentro de mucho
tiempo, cuando llegue el día del juicio final, nos acordaremos del primer día
que la vimos compartiendo lágrimas y carcajadas, y de todos los demás días en
que la veremos de nuevo. La película de nuestra vida. O la vida misma.
1 comentario:
Gloriosa.
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