Mayúscula
sorpresa, fascinante álbum. Pausa.
Vocalistas
asociadas al jazz cuyo registro musical desborda el ámbito del jazz y entra en
territorios del blues, el R&B o el pop no suelen tener el aprecio crítico
que merecen. Norah Jones, Madeleine Peyroux, Alicia Keys o Cassandra Wilson han
recibido algunos juicios poco justos desde esferas puristas; Melody Gardot entraría
en el grupo… y hay muchas otras que ni he escuchado o de las que me he
olvidado. Podría haberle perdido la pista a Gardot tras pasear por sus primeros
tres discos, correctos repertorios de soul-jazz con emociones discretas más
bien tirando a blandos. Al concederle un cuarto pase con su nuevo trabajo,
Currency of man (Verve, 2015) la chica se me revela una autora menos
conformista, con otras texturas y resultados más atractivos.
Deslumbrante
disco este Currency of man. De atmósferas intrigantes y secretos guardados. De noche,
confesional y nostálgica. No es jazz, no es blues, no es pop, no es rock… es
todo. Se va un poco lejos el minutaje con 15 temas que tiene la edición de lujo
(la original se queda en 10, con el orden cambiado y distinta duración), vicio
menor que compensan gloriosos temas como Don’t misunderstand, Don’t talk o Preacherman,
espectacular coreografía de sonidos, ruidos, voces y efectos, otra cumbre
musical de este año.
Nota:
8,5/10
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