Dos amigos íntimos al calor de la música: el escenario ideal para que cualquier trabajo salga bien. Tocaron juntos en los años setenta y se prestaron canciones desde entonces, mientras cada uno alimentaba una carrera de obras dignas, algunos patinazos y gloriosas resurrecciones (Red dirt girl en el caso de ella; Sex and gasoline en el de él). Subidos al mismo barco, Emmylou Harris y Rodney Crowell anclan su nave para dejarse mecer por la brisa cuando el sol se pone. Se segundo álbum juntos es este The traveling kind (Nonesuch, 2015), solo dos años después de Old bellow moon. A Brian Ahern le sucede Joe Henry en la producción.
Ninguno
se ha convertido en el gran disco que en algún momento deseé; no es necesario
en realidad subir hasta cotas de reforzada grandeza cuando brota el placer
natural de hacer música juntos y para ello no hay mejor receta que la simple
modestia. Se les nota cuando cruzan sus voces en las once canciones del álbum. Alguna no me
convence, otras me parecen sensacionales, como I just wanted to
see you bad, The traveling kind y en especial The weight of the world.
Nota: 7,5/10
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