(A este disco le acompaña una celebración. Fue el disco que escuché antes y el que escuché después. Da la bienvenida a Leo, al mundo y a mi vida. Va por él).
Música
sin edad, canciones vivas, sonido inmaculado. Y una voz que desafía la lógica,
antídoto contra el desgaste. La voz regia y rugiente de Van Morrison. Sí, yo
soy de los adeptos que comulgan en su fe y se regodean en los versos dorados de
su catálogo. Del suyo, extenso, racional y coherente, ha extraído dieciséis
piezas (ni éxitos ni temas conocidos) para volverlos a trabajar en compañía de
sendos músicos, de Mavis Staples a Natalie Cole, de Bobby Womack a Steve
Winwood, de George Benson a Taj Mahal. Ninguno desentona en Re-working the
catalogue (RCA, 1976), aunque alguno apaga su canción (Joss Stone, Clare Teal) mientras
que otros las revitalizan (Mick Hucknall, Georgie Fame, Winwood).
Desconfío
de los duetos, no me fío del compadreo musical cuando la alianza persigue el afán
de presumir de amistades musicales; de hecho no me lancé de cabeza a esta reinterpretación
que Van Morrison hace de un pedazo pequeño de su obra hasta que recibí el
consejo de una opinión fiable. Nada tiene él de que presumir, cierto, y nada
aporta a su rica producción un trabajo de duetos; al contrario, pueden lucir
orgullo quienes comparten micrófono hoy, co-firmantes de este álbum delicioso. Infalible
esencia clásica para venir a este mundo.
Nota:
8/10
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