De tanta ocupación a la que se ha entregado Neil Young en los últimos dos años ha corrido el riesgo de accidentarse por exceso de actividad. Musicalmente lo ha hecho con un par de álbumes calamitosos, Americana (2012) y A letter home (2014); personalmente ha roto una convivencia de más de 35 años y se ha divorciado. Otro par de discos, estos sí buenos, una memorias y esfuerzos persistentes en crear, patentar y desarrollar un nuevo sistema de sonido digital han llenado gran parte de la vida de Young desde 2012. Storytone (Reprise, 2014), su último trabajo, desvela al autor audaz, inconformista y a veces genial que es y ha sido.
Los
temores con que afronté este disco se han evaporado. Los diez primeros temas
los interpreta Neil Young solo, acompañado por un piano en uno, por una
acústica en otro, por un ukelele o una armónica, además de su voz. Los diez
siguientes son los mismos temas con el añadido de una orquesta, una banda o una
big band; en unos casos no encaja muy bien el experimento, en otros, de
maravilla. Los dos bloques componen un conjunto aireado por la melancolía, íntimo
al desnudo y lírico, en ocasiones muy hermoso, cuando mandan los arreglos y la orquestación.
Nota:
7/10
1 comentario:
Así es, Neil Young lleva cuatro décadas entusiasmándome y decepcionandome, alternativamente. Esta vez ha sido para bien, sobre to do el disco a solas
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