Tiene casi veinte años este disco pero suena como si hubiera salido del horno hace bien poco. Destilado, gustoso, duradero. Vale de ejemplo para realzar una colección de temas superiores, y de distinto acento, al flojo single que contiene y que puso en el mapa a su autora. Porque en Relish (1995) hay mucho más y mejor que la canción One of us. ¿La recordáis?: un temita blando, muy gastado por las radios, presente quizá en la escena tierna o ñoña de una peliculita americana. Joan Osborne ya había recorrido garitos en New York en los primeros noventa, había publicado un disco y no pensaba más que en dedicarse a cantar. Relish es el segundo álbum, con más inversión y claridad de ideas pese a su diversidad de estilos. Además del hit popero que lo ayudó a venderse, hay temas buenísimos con raíces country y blues, con calado y sentimiento: Dracula moon, Right hand man y una de las mejores versiones de una pieza de Dylan que he oído nunca, Man in a long black coat.
No he
seguido mucho a Joan Osborne, no me gustaron un par de discos posteriores y no
la escuché con miembros de los Grateful Dead; pero tras recuperarla con Trigger
Hippy, donde está de vicio, he disfrutado con Relish.
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