El presentimiento
se cumplió: este es un muy buen disco. Dejémoslo así. Pasado el tiempo y llegados
al quinto disco, apruebo a los Arctic Monkeys. No les hallé nada para celebrar en
los primeros álbumes, tampoco al girarse con discreción hacia el stoner al
firmar el tercero. El single de AM (Emi, 2013), Do I wanna know?, destapó una
esencia turbia y atractiva y a continuación, tras esa bruma climática, zas, un notable
en el expediente.
El disco,
y ahora el grupo, me remite a The Black Keys con El camino. Directos al meollo,
sin rodeos, con gancho y unos coros que crean adicción (puede que sobren en
alguna canción). El segundo, tercer y cuarto tema se desatan, se acomodan en
ese stoner tibio y desahogado que recrudece al grupo. Flojea la cosa con el
quinto y sexto cortes, prescindibles. Se enternece con el séptimo. Y desde el
octavo hasta el final ahí tenemos un recta final brillante, más sutil, más
sobrada. No sé si aún son críos. No lo parecen. Y en directo este disco tiene
que flipar.
Nota:
8/10
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