En cualquier momento te sorprende el regreso de una canción antigua, de esas que llevan muchos años a sus espaldas pero en realidad no te parecen tan lejanas. Será porque aún crees que sigues sin peinar canas pero las ves caer a chorros cuando vas al peluquero. Qué jóvenes éramos, te dices al ver cantar a Shannon Hoon, y cómo me gustaba su banda, Blind Melon. Nada fue igual cuando él se fue. En la cafetería, sobre nuestras conversaciones, flota No rain. Era una delicia pop en una banda con armadura rockera, un poco limpios para entrar en el club grunge, en el recuerdo... merecedores de no lucir etiquetas. Tones of home los vestía como un grupo vitalista, rockeros elásticos en la pista de despegue, sin señales de vértigo aún.
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