Asombra escuchar cómo una canción cobra una vida nueva de forma tan diferente a su concepción original sin perder una gota de su fascinación. Siempre me sedujo de una manera pacífica, como aletargada, Everybody wants to rule the world. En la versión de Tears for Fears me lleva a la fiebre de las cintas recopilatorias que ocupaban las tardes. Shout era épica, Everybody... latía cercana y entrañable. Esta versión que aquí puedes escuchar se empapa de un exotismo vibrante cargada con nuevos ritmos, voces imberbes, percusiones variadas que se complementan. Jóvenes músicos anónimos manejan el tema a su antojo sin dejar que se les vaya de las manos. Y la fundación Playing for Change nos vuelve a regalar música transformada y maravillosa.
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