Este es uno de esos discos que de inmediato despiertan parabienes impulsivos y alabanzas orgásmicas. Tiene elementos que suscitan esa excitación crítica: un clima extraño, una modorra sonora, un retorcimiento de géneros, la voz afectada y serpenteante de su autora, una controlada apariencia de caprichosa agitación… No tan deprisa. Es cierto que Jolie Holland no es una compositora al uso ni se confunde entre tantas de su raza inadaptable. Pinta un universo sensible y adormecido que sugiere inquietudes nocturnas y atmósferas traumáticas. El que toma forma en Wine dark sea (Anti-, 2014) adquiere tonalidades etílicas, aturdidas distorsiones y cicatrices sonoras. El álbum produce picor y te deja rascando un tiempo (Marc Ribot o T Bone Burnett bien pudieran estar detrás, pero no están). Persiste la sensación de que su extravagante atmósfera es un tanto artificiosa, pero Holland invita, solemne, a perderse en ella.
Nota:
6,5/10
2 comentarios:
la sigo desde sus inicios y la old fashioned morphine y tal y siempre me ha parecido un mundo aparte ... que prefiere seguir siendo un mundo aparte. Me acerque a verla en Madrid y si, es rarita, pero su concierto estuvo muy bien. Diferente. Con esos ratos en los que evoca al espiritu de Billie Holiday y esos otros en los que la guitarra salpica y agita la modorra. La guitarra era más Ribot en los discos anteriores ... en el concierto sonaba más por Nils Cline creo. Me gusta ....
Sí, a mí algunos discos anteriores me gustan bastante, otros no. Intuyo cómo fue ese concierto por tus palabras. Pero si parece a Cline, peligro, que fuera de Wilco el tipo es un tanto sufrible. Saludos.
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