Se avecinan tiempos ajetreados y horas ocupadas en tareas nuevas y exigentes, así que hay que ser selectivo con los placeres y los vicios. Ante mí desfilan, como siempre, sugerencias musicales que merecerían tiempo, pero debo fiarme de la intuición al escoger y desechar. Lo he hecho con este disco, Complicated game (Complicated game, 2015), de James McMurtry. El único McMurtry que me resultaba familiar era Larry McMurtry, novelista autor de Hud y The last picture show. James es su hijo, tiene una decena de discos y este es el más reciente. Le gusta alargar los textos, recrearse en historias y ambientes de solitarios y perdedores, con ese marcado acento tejano y un aura profunda de melancolía. Es de esos autores que beben de Townes Van Zandt o Steve Earle, que componen en la liga de Tom Russell o Todd Thibaud y que si hubieran gozado de más difusión, presencia y atención subirían hasta la división de John Hiatt o JJ Cale.
Nota: 7,5/10
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