En su día, situaba este disco por detrás de otros de Huey, Fats y compañía. Hoy que lo recupero, en un impulso por dejarme atrapar por fragancias urbanas y murmuraciones cool, pongo 100% Colombian (1998) en lo alto de la colina musical levantada por los Fun Lovin' Criminals. El groove de su música transmite la elegante amenaza de las mafias de la ciudad: garitos clandestinos, ajustes de cuentas, callejones peligrosos, revólveres en la guantera. El segundo álbum de los Criminals conjuga con estilo una banda sonora urbana sazonada con rock, soul y hip hop. Una fórmula de divertimento elevada a la potencia máxima. No me gustaría encontrarme con el trío en la agitación nocturna de las calles de Nueva York, pero no me perdería uno de sus conciertos, aunque hace ya demasiado tiempo que sus instrumentos están apagados, sin bases, mezclas y ritmos con los que volver a seducir.
domingo, enero 05, 2025
BONUS TRACK 301: 100% COLOMBIAN (FUN LOVIN' CRIMINALS)
En su día, situaba este disco por detrás de otros de Huey, Fats y compañía. Hoy que lo recupero, en un impulso por dejarme atrapar por fragancias urbanas y murmuraciones cool, pongo 100% Colombian (1998) en lo alto de la colina musical levantada por los Fun Lovin' Criminals. El groove de su música transmite la elegante amenaza de las mafias de la ciudad: garitos clandestinos, ajustes de cuentas, callejones peligrosos, revólveres en la guantera. El segundo álbum de los Criminals conjuga con estilo una banda sonora urbana sazonada con rock, soul y hip hop. Una fórmula de divertimento elevada a la potencia máxima. No me gustaría encontrarme con el trío en la agitación nocturna de las calles de Nueva York, pero no me perdería uno de sus conciertos, aunque hace ya demasiado tiempo que sus instrumentos están apagados, sin bases, mezclas y ritmos con los que volver a seducir.
BONUS TRACK 300: NEW WORLD ORDER (CURTIS MAYFIELD)
(Llega el cambio de año y llega también, no es nueva, esa sensación de querer soltar amarras y que este barco afronte su deriva hacia destinos inciertos. ¿Seguir navegando o echar el ancla? La respuesta, como dicen, flota o sopla en el viento.)
Cuando en 1996 salió este álbum, su mismo lanzamiento fue el mayor motivo de celebración. Curtis Mayfield lleva seis años paralizado de cuello hacia abajo porque una torre de iluminación le había caído encima en la preparación de un concierto en Brooklyn. El bueno de Curtis, que en la década de los setenta nos había regalado una irresistible colección de bailable soul cubierto de aroma blaxploitation, aún podía cantar, un soplo de vida le permitía dar forma a una canción. El mundo, la vida, cambió para él, y adquirió un nuevo orden al que adaptarse, con el que sobrevivir. Así tituló el último de sus álbumes de estudio, New World Order, el testimonio de su dulzura interpretativa, de la delicada suavidad con la que cantaba. El disco, a ratos alegre e inspirador, a ratos intrascendente, rebajaba la capacidad seductora con la que su autor se expresaba dos décadas atrás. Acabaría convertido en testamento, pues Mayfield, castigado por los daños de su parálisis, nos dejaba tres años después.