miércoles, agosto 05, 2015

REGALO DE VERANO


Me siento orgulloso de aquella noche. Nunca hice tan feliz a alguien como cuando aparecí de la nada entre el público, detrás de las sombras como un fantasma que huye de un remolino, y me lancé al cuello para entregar un abrazo y varios saltos de júbilo. Me veía en todas partes y allí me encontró como un premio de cumpleaños. Nunca he visto otra cara tan alegre. Tocaba un grupo de música mestiza y vibrante del que más tarde me regalaron el disco, un señor detalle. Bailamos, bebimos, cantamos, reímos. La oscuridad y planetas azules. Cuatro años después, una nadadora, una falda y un álbum. Y nuestra compañía. Felicidades.

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