
En sólo 29 minutos y 9 canciones, el tal Joseph (las pocas fuentes de información dudan en llamarlo Joseph Long o Joseph Longeria), un guitarrista de blues rock al que descubrió el productor musical Steve Tyrell en una competición de blues en Houston, reunió sus únicas canciones en disco en 1970. Un hombre de las cavernas delante de un fondo negro camina en la portada de Stoned age man. Y… ¿a qué suena Joseph?
Un poco a los Doors, un poco a Iron Butterfly, un poco a Cream. Hay mucha psicodelia en su esqueleto, pastilleo de San Francisco y tenebroso rock de autopista. Como vocalista Joseph llega a vociferar como un ogro y como guitarrista a veces se desvía hacia la complicación. El conjunto funciona mejor como una acumulación de buenas ideas que como un redondo trabajo compacto, pero la mitología que envuelve al disco le convierte también en una pastilla caducada que no pierde sus efectos alucinógenos.
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