Este álbum, madre mía, qué hermoso álbum. ¿Qué hacíamos en el 98? Veíamos películas como aquella inglesa con varios personajes que se entrecruzaban en los canales y apartamentos de Candem. Allí cantaba David Gray, que bajo el brazo venía con White ladder recién publicado. Babylon lo presentaba, una canción que entonces miraba a la esperanza y hoy rebosa de nostalgia. Lo creíamos irlandés, pero era inglés criado en Gales. Tenía, y tiene, aspecto de buen chico. Y creo que lo es. Sus discos me lo hacen creer, sin fallo. Acaba de publicar Dear life, que no está entre lo mejor, que se me hace largo porque admite el autor que le ha arrastrado un torrente de inspiración y parece no haber sabido descartar. Pero es el duodécimo y se admite no estar siempre a la misma altura. Babylon estaba, y está, en los cielos.
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