sábado, julio 20, 2024

BOOTLEG SERIES 124: JACK'S BASS


Este bajista de gruesos labios escondido tras las gafas de cristales redondos tintados y una caída melena rubia a juego con sus coloridos ropajes le puso música a la psicodelia californiana en la comuna de los Jefferson Airplane. Su pulso rítmico quizá quedaba disipado en el remolino de aquellos tiempos, pero madre mía, la verdad es que absorbían sus cuatro cuerdas. De allí salió asociado con Jorma Kaukonen para darle marcha a Hot Tuna, una artesanal banda de blues que, cuando le apetecía, crujía enchufada en rock. Y después el hombre se dejó oír aquí y allá, entre giras con su viejo amigo Jorma agarrando un bajo grande y asintiendo como abstraído sobre su mástil. Jack Casady tardó 59 años en grabar el único álbum que lleva su nombre, y eso ocurrió hace ya 21 años. Dream factor (2003) es una anécdota de esas de las que te sientes orgulloso de ser propietario, de que figure entre tus discos. No es un trabajo con el que alucinar, y ni siquiera Jack canta, ni falta hace. Su bajo es parte de canciones que presta a otras voces y a las que invita a buenas amistades (Gov't Mule, Ivan Neville, Doyle Bramhall II, Steve Gorman, Kaukonen) para oscilar entre el rock, el folk y el blues. Pues eso, que hacía dos décadas que no lo sacaba de la estantería, hoy cuando sientes que tienes pequeños tesoros al alcance de la mano.

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