Antes, durante y después de la escucha del nuevo álbum de Arcade Fire te puedes hacer preguntas como estas: ¿Esta banda conserva fans con el entusiasmo que manifestaron hace casi dos décadas? ¿Esta banda está ahora realmente entusiasmada con su último trabajo? ¿Quienes vimos disuelto en el aire la admiración que tuvimos en su momento seremos capaces de recuperarla? ¿Necesitaba el grupo presentar un nuevo disco tanto como el público reencontrarse con ellos? Vence la negativa por respuesta. Nos gustaron mucho; ahora, botón de apagado.
Pink elephant (Columbia, 2025) es un álbum de desconcierto, insípido, difícil de agarrar y fácil de soltar, decepcionante sin que hacia él sintiésemos la mínima predisposición de confianza. Tocar la cima de The suburbs (2010) queda ahora más lejos que cuando de ella nos alejaron vacuidades como Everything now y WE. Desaparece esa tendencia a la épica por la que nos conducían Butler y Chassagne, el subidón escalofriante de estadio; prevalece la contención y la reserva, el temor a elevar la voz, a descarrilar... aunque las canciones no llevan a ninguna parte.
Nota: 4,5/10