lunes, noviembre 18, 2024

BOOTLEG SERIES 128: JESSE & BRUCE


He aquí una causa solidaria, un gesto de aprecio y amistad auténticos, un tributo natural y verdadero, un deseo, y una canción sensacional. El homenajeado es Jesse Malin, quienes revuelven entre su música son amigos cercanos y camaradas de escena, el motivo es brindar una ayuda que sufrague lo que cuesta su tratamiento médico, el tema es She don't love me now, y el deseo, volver a caminar pronto, tal vez bailar. 

Jesse Malin está paralizado de cintura para abajo a causa de un derrame cerebral que sufrió el año pasado. Debe someterse a ejercicios de rehabilitación diarios y cuidados. Un grupo largo de amigos no han dudado en cantar sus canciones para el álbum Silver Patron Saints. En la alineación hay campeones del mundo: Springsteen, Costello, Lucinda Williams, Spoon, Wallflowers, Tom Morello, Ian Hunter, Billie Joe Armstrong, Graham Parker...

Un tema, un temazo de versión. Bruce Springsteen emborrachado de soul destilado en Stax. El vídeo, con Malin en un cameo que ni te enteras si pestañeas y Reverend Paul Bearer como entrañable soñador en el fondo de un licor que te lleva a las nubes del baile desde la barra del bar destinada a los solitarios. Ese saxo glorioso sube hasta una volcánica temperatura... Cuesta no estremecerse.

domingo, noviembre 17, 2024

VOLUME TWO 127: JOHN BUTLER


Un día, cuesta recordar cuándo, me dejé seducir por las brisas metálicas del trío de John Butler. Supe tres o cuatro detalles del líder del grupo, un guitarrista de los que pudiera tener una furgoneta por hogar rodante y un océano por evasión de las que dan sentido a la vida, adrenalina espiritual, allá donde las olas rompen contra las costas de Australia. La corriente se fue llevando a Butler de mis pasos, pero resulta que tras muchas muchas lunas llenas sobre el manto del mar, el hombre reaparece en el horizonte con el eco de sus guitarras acústicas, de su dobro, de un banjo y de las manos que golpean la caja y propagan sensaciones de bienestar expansivo.

Esto es lo que John Butler, esta vez sin Trio, consigue en Still searching (2024). Un trabajo instrumental más sutil, como irreal y etéreo, que los álbumes con los que acerqué a él hace tiempo, obras que conviene defender y aconsejar (Three, Sunrise over sea, Grand National... nos vamos a hace dos décadas) para quien guste de esas sociedades que el folk y el rock firman a menudo con el blues, el bluegrass y diversas tradiciones de raíz. Butler es hijo de California y ciudadano australiano, donde su música en las calles lo dio a conocer y a crear sus primeros seguidores. Su música tienes ese latido limpios de la intemperie, el contacto con el cielo, la tierra y el mar con la vibración que brota de sus guitarras.

jueves, noviembre 14, 2024

BONUS TRACK 297: CANNED WHEAT (THE GUESS WHO)


En el reencuentro de hoy con un viejo amigo hubo tiempo para sorprendernos por cómo ciertas cosas del pasado no tienen cabida en el presente, serían inadmisibles, no encajan o no se toleran. Hablábamos de películas, con sus argumentos y comportamientos de personajes; y ocurre lo mismo con discos antiguos, con música con la que hoy no te encuentras, autores que tampoco caben o que ya no tienen espacio para ellos. The Guess Who, por ejemplo. Con aquel álbum suyo del 69, Canned wheat.

Escuchas al grupo por aquella época y no aciertas a saber si su música tiene ubicación de fabricación británica o norteamericana; si se inclinan al pop o se arriman al rock, o mantienen el equilibrio sobre la cuerda del rhythm and blues; si son un grupo del montón de olvido rápido o si en realidad exhiben virtudes que sacan con timidez de su escondite. Puede que los canadienses no vayan a figurar nunca entre el grupo lustroso de las bandas elegidas, que solo conserven en el recuerdo popular uno o dos temas de su discografía. Pero en álbumes como Canned Wheat retienen esa cualidad invisible de experimentar sin pretenderlo, de ser brillantes sin parecerlo.

miércoles, noviembre 13, 2024

GREATEST HITS 351: COME PICK ME UP (RYAN ADAMS)

Al enterarme, corrieron las preguntas unas detrás de otras. ¿Por qué ha elegido mi ciudad entre tan pocas a su paso por España? ¿Será tan arrogante y antipático como hace quince y veinte años? ¿Vestirá aún las cazadoras vaqueras dos tallas más pequeñas y con parches? ¿Advertiremos el desgaste de sus 50 años detrás del cabello sin domar? ¿Se recogerá en la desnudez de aquellas grabaciones en Carnegie Hall o vendrá con banda? ¿Se limitará a honrar solo los 25 años de Heartbreaker o pescará en Gold o más álbumes para hacer de la noche una fecha inolvidable? De Ryan Adams conviene quedarse con lo buen músico que fue durante ya un tiempo. Ojalá lo vuelva a ser en mi casa. 

domingo, noviembre 10, 2024

VOLUME ONE 678: ACADIA (YASMIN WILLIAMS)


La obligación laboral me puso en contacto esta semana con un maestro de la música clásica, Rogelio Groba Otero, director y compositor, con quien pasé parte de una mañana hablando y reflexionando sobre la música. Yo le pregunté: ¿qué es la música artísticamente elevada?, a lo que él se había referido antes. No puedo reproducir el largo diálogo que suscitó el interrogante. Pero a propósito de esta pregunta y de las respuestas que cada uno podamos tener, me permito responder que es muy posible que pudiéramos poner como ejemplo de arte musical elevado Acadia (Nonesuch Records, 2024), el trabajo más reciente de Yasmin Williams.

A falta de antecedentes sobre la autora, me quedo con las sensaciones para referirme a esta multiinstrumentista que con sus dedos y su guitarra practica el finger style, una virtuosa y expresiva técnica que acaricia y puntea las cuerdas originando un cálido eco metálico, a veces acompañado el golpeo de la caja con las manos. Son virtudes, las de Yasmin, que nunca caen en el exceso, que no está fuera de lugar, sino que crean un embriagador paisaje sonoro sutilmente acompañado de percusión, violín y unas pocas voces. Acadia es música abierta que lleva al oyente al corazón de la naturaleza, lejos de todo, con el aire de una montaña o el rumor de un río atrapándolo por completo. Una experiencia artísticamente elevada.

Nota: 7,5/10

viernes, noviembre 08, 2024

BOOTLEG SERIES 127: DREAM HARDER DIRECTOR'S CUT


Como si de una película se tratase, Mike Scott ejerce de director de cine de largo alcance para descubrir la versión alternativa de uno de los discos menos recordados de los Waterboys, su director's cut. Hablamos de Dream harder (1993), cuando Scott trató de captar la fuerza de su 'big music' en estudios estadounidenses y se quedó tan debilitado lejos de casa que tardó después siete años en juntar a su banda. El resultado, sin ser calamitoso, dejaba añoranza por la cosecha anterior y, cierto, apenas se recuerda tres décadas después la furia hablada imparable que propagaba el tema The return of Jimi Hendrix.

Con esta versión del director, Scott recupera copias que de alguna manera guardaban él y el productor Brendan O'Brien para darles nuevos enfoques, nuevas formas, cambios, variaciones o caprichos que vierten sobre este renovado Dream harder una capa de barniz crudo, un brillo enérgico que revive a los más eufóricos Waterboys. Me vale el experimento, sirve para hacer las paces con el álbum original... y, con esto de publicar proyectos alternativos, vuelve a despistarme a la hora de querer tener controladas las discografías de los músicos admirados, confundido entre lo oficial y lo no oficial, o las dos cosas a la vez.

sábado, noviembre 02, 2024

VOLUME ONE 677: SONGS OF A LOST WORLD (THE CURE)

No me encuentro entre los grandes aficionados de The Cure, banda por la que, en todo caso, siento un moderado aprecio y un más alto respeto. Aunque solo sea por aquella temporada lejana en la que me encerraba en la habitación siguiendo las letras de Disintegration y Wish. Así que no me veo en la mejor posición para evaluar qué alcance puede tener entre la hinchada Cure (si se mantiene fiel a lo largo de las décadas) el regreso al mercado después de 16 años para su decimocuarto álbum de estudio: Songs of a lost world (Capitol, 2024). A mí, ya digo, lejos de la fidelidad o la devoción y sin anhelar que llegase el momento de este retorno, me ha dejado saciado, y en algún momento extasiado.

Estas ocho canciones de un mundo perdido (curioso, los también veteranos y poco prolíficos Tears for Fears han titulado su reciente álbum en directo "canciones para un planeta nervioso") vienen a digerirse, quizá interpretarse, como la caída del telón de un grupo sin el que no se podría entender gran parte del pop y el rock de los años ochenta (aquel que resiste el peso de la marchitamiento), solo que cuatro décadas después. Momento el de hoy en el que los Cure son los reconocibles Cure de siempre y su densa capa de guitarras y sintetizadores, y la voz melancólica de Robert Smith, crean su inconfundible atmósfera de tristeza bella, de angustia con esperanza.

Este regreso (aunque la banda nunca ha dejado de estar junta y de girar) es una buena noticia que evita el destiempo, que no cae en la intrascendencia o el olvido, que deja limpia la huella histórica del grupo y la extiende hasta el presente: definida, íntegra y poderosa. No hay delicias pop en Songs of a lost world, pero sí esas largas introducciones antes del primer verso que dan forma a ese muro sónico compacto que en temas como Alone, All I ver am o el apoteósico cierre de Endsong conducen a una abrumadora satisfacción. En cinco años el primer álbum de The Cure cumplirá medio siglo; quizá entonces llegue el final, que en 2024 se anticipa con un disco que se viste de testamento.

Nota: 8,5/10

miércoles, octubre 30, 2024

BONUS TRACK 296: UNTITLED (THE BYRDS)


¿Cuál es tu disco favorito de los Byrds? Creo que muchos de quienes admiran a este grupo discutirían un buen rato a la hora de asignar lo alto del podio. Tres o cuatro álbumes mantendrían una apretada lucha por el primer puesto. Como también se enfrentarían para determinar cuál es la mejor alineación de la banda californiana a lo largo de sus nueve años y doce trabajos. Si me haces la pregunta, te respondo que el preferido de mis discos es Untitled (1970); en cuanto a la formación, es más difícil decidirse por quiénes fueron los mejores acompañantes de Roger McGuinn.

La adquisición progresiva de las reediciones que CBS y Sony han hecho de la discografía de The Byrds, con generosa información e imágenes y abundancia de bonus tracks, ayuda a deleitarse en los misterios virtuosos de la banda. Se hallan en todos los álbumes. En Untitled, con McGuinn, Skip Battin, Clarence White y Gene Parsons en el equipo, el grupo se balancea entre corrientes: lo country es a su vez psicodélico, lo pop es tanto folk como blues. Eight Miles High es una odisea especial interminable y adictiva. Me gusta esa teoría de que el álbum se llama así porque pusieron "untitled" en la documentación de las grabaciones en el estudio mientras aún no tenían decidido el título. Inclasificable, pues.


domingo, octubre 27, 2024

VOLUME ONE 676: WAKE THE DEAD (CHUCK PROPHET & ¿QIENSAVE?)


No hace falta hacerles marcaje a músicos como Chuck Prophet para no perder su rastro. Cada pocos años se dejan oír, se acercan a nuestro radar sin estruendo, discretamente, y dejan su tarjeta de visita con la confianza de que volveremos a ellos en algún momento adecuado, unas veces con mejores argumentos (The hurting business, The age of miracles, Land the time forgot) que otros. Y este es buen momento, cuando muy poco de lo que llega a nuestros oídos u orbita cerca apenas se retiene, apenas provoca un asentimiento de verdadero placer. Wake the dead (Yep Roc, 2024), un tanto inesperado por la colaboración de la que se sirve el artista, sienta como una reconciliación.

Tenemos a Chuck por un lado, animado y optimista, recuperado de un linfoma que le ha obligado a retirarse y descansar, y a la banda de cumbia de Salinas, California, por otro, acompañamiento fértil con el que evadirse y bailar. La combinación produce un hermanamiento con los Calexico más fronterizos y crea una colección de canciones ricas y generosas, casi siempre festivas y en ocasiones melancólicas, como ese broche de cierre positivo a modo de balance que proclama que "hoy es un buen día para estar vivo". Chuck Prophet vive y es feliz cantándolo y contándolo.

Nota: 7,5/10

jueves, octubre 24, 2024

SOUNDTRACK 282: BLUR. TO THE END


Cuestión de contrastes, también de perspectivas. Puedes salir eufórico de una sala si te proyectan en pantalla grande, como ha sido el caso, el documental To the end, con Blur cumpliendo el sueño de actuar en Wembley, como reyes ante un pueblo de 80.000 almas entregadas en comunidad alrededor de sus canciones; pero puedes ser testigo indiferente de las reflexiones que sus cansados miembros hacen en torno a la edad y el paso del tiempo con el rescate de tiernas imágenes de su imberbe pasado, entre bromas personales y boberías ante la cámara que les sigue durante el año en que se reencontraron, grabaron su último disco y se echaron a la carretera para culminar en el estadio londinense la catarsis de su carrera.


Funciona la banda, la sensación de formar parte de una unión contra el avance del reloj y de otras rutinas familiares y personales. Funciona también (acentuada por un montaje oportuno y efectista) la grandeza de esa sensación de sentirte el amo del mundo y la emoción impagable, al otro lado del escenario, de vivir la pasión íntima por la música de un grupo. No me encaja el retrato humano de esos cuatro tipos (dicen que alguno superdotado) que se tuercen una rodilla, conducen por estrechos caminos rurales o se sumergen en la orilla helada de una playa. Y aun así, vuelves a casa por las calles vacías con las ganas de no perderte algún concierto de multitudes como esos... que aún queda tiempo.

domingo, octubre 20, 2024

VOLUME ONE 675: DIVIDED KIND (NATIVE HARROW)


Hoy sería perezoso para hablar de este disco, porque las maravillas que merece ya fueron dichas con motivo de un álbum anterior de sus autores justo hace cuatro años, en octubre de 2020. Repetiría palabras o emplearía sinónimos, o reproduciría las líneas informativas que acompañan Divided kind (Different time, 2024) en la plataforma Bandcamp, que dan en el clavo plenamente. Closeness era seda entrañable, este nuevo capítulo de Native Harrow... pues también.

Pero bueno, me quedo con unas pocas palabras: la atemporalidad de las voces e instrumentos de Devin Tuel y Stephen Harms; la armonía elegante que aúna el folk con el soul, el country con el pop, con unas gotitas de sutil psicodelia extraídas de las esencias de valles californianos; el estudio casero donde surge todo, donde B3, Rhodes y guitarras antiguas crean pasajes de relajación. Y poco más: Devin, Stephen, unas pocas manos amigas y una adherencia al pasado que hace bello el presente.

Nota: 9/10

 

miércoles, octubre 16, 2024

GREATEST HITS 350: THE OCEAN (RICHARD HAWLEY)

"Condúceme al océano / el mundo es bonito junto al océano".

En la orilla o desde un acantilado, el mar sería refugio, guardián de secretos. Nuestro lugar preferido. La atalaya del amanecer, la alfombra donde la luna pone su estampa. El escondite en el que recogernos, el cofre de las confidencias.

El océano mientras cae la noche es nuestro amigo íntimo cuando escuchas su rumor entre los versos de Richard Hawley para una canción como esta. Te lleva a noches largas donde la nostalgia se mezcla con el deseo, las noches de amigos y amores para siempre. Con la música, The ocean, como cómplice.

domingo, octubre 13, 2024

SOUNDTRACK 281: EL ESPÍA, UN CLÁSICO SIN DIÁLOGOS


Hoy recuperamos el concepto de clásico aplicado al cine. Dando por hecho que lo clásico no tiene edad ni caducidad concretas, que lo clásico no es todo aquello en blanco y negro de hace cuatro o cinco décadas hacia atrás ni toda película de esa época que ha dejado cierta huella. Pero permitamos usar esta vez el término clásico para un film singular, un cine negro de espionaje inusual, muy poco conocido, un largometraje inadvertido en la extensa filmografía de su actor principal, Ray Milland, protagonista de El espía (The thief, en original, 1952). ¿Por qué es tan especial este noir de espías? 


Porque ningún personaje abre la boca para hablar. No hay un solo diálogo en el metraje, sino miradas sospechosas o temerosas, mensajes que pasan de unas manos a otras ante una amenaza por conocer, soledad en la espera, peligro próximo. Es El espía, dirigido por Russell Rouse, un extraño experimento, quizá caprichoso en su silencio al que se le pide un poco de claridad en su trama, pero atrayente precisamente por esa fórmula muda, por cómo todo se transmite con la manera de caminar o de mirar, con Milland ambiguo y al final atormentado, cansado de ser un callado peón que deambula incierto por la ciudad... esa ciudad en blanco y negro que el género noir retrata siempre tan amenazante.

miércoles, octubre 09, 2024

VOLUME ONE 674: LEON (LEON BRIDGES)


Aquí no importan los apellidos definitorios. De poco sirve que usemos prefijos y nombres. Aunque a Mr. Bridges le pongan por delante "retro" o "roots" (o "neo" o "contemporary") al soul o al rock que lo definen, su música sienta muy bien. Sin más. Ocurría con Coming home, con Good thing y con Gold-diggers sound. Otros tres años después llega Leon (Columbia, 2024), esta vez con el chico sin fondo monocolor en la cubierta, será porque sus nuevas canciones respiran y escapan de fronteras, son tan acogedoras como expansivas. Emocionan tanto como divierten. Y con sello de autor. Da la impresión de que Leon Bridges no quiere desmelenarse un poco, prefiere la contención al artificio. No le vendría mal a un álbum que, en todo caso, reconforta.

Nota: 7,5/10