domingo, noviembre 13, 2022

VOLUME ONE 617: BRUCE SPRINGSTEEN (ONLY THE STRONG SURVIVE)


¿Cómo empezar? Que la música haga temblar el suelo que pisas y excite tu organismo o te devuelva la fe en las causas perdidas es algo que se añora demasiado en estos tiempos; quizá ocurrió en un mundo de ensueño, en una realidad imaginada... o en un tiempo en que creíamos que las canciones nos salvarían (y, de alguna manera, lo hicieron). Ni siquiera Springsteen puede hoy alcanzar los cielos de ayer: ni falta le hace ni ahora se lo pedimos, para muchos está en la dimensión que excede el bien y el mal, en una suerte de divinidad incuestionable. Pues eso, que el disco soul del Boss tampoco derribará cimientos ni agitará emociones hasta la locura, pero en su simpleza, en su deuda expresada como un tributo, en su modesta irrelevancia o intrascendencia (términos que deberían anular cualquier atisbo de menosprecio), hoy se revela como un delicioso ejercicio de amor por la música de un pasado nuestro, aunque se evapore cuando apaguemos el reproductor y tardemos un rato largo en volver a conectarnos. Otra vez, ¡bravo, Bruce!

La cosa es así: el Boss y el productor con el que mejor ha sintonizado en los últimos años, Ron Aniello (no siempre sin discusión), han creado en estudio un exquisito homenaje a la música soul, generosamente vasta ella, sudorosa y pasional, íntima y agradecida. Solo las secciones de viento en metal y madera y la de cuerdas no pasaron por las manos de Aniello y Springsteen, que han cautivado el sonido y el espíritu de la Stax, la Motown y el soul de Philadephia en quince resplandecientes versiones. No hay concesiones a lo convencional ni a los títulos más reconocibles, y Bruce, unas veces delicado y más veces encendido y forzando el motor de su garganta, canta pletórico desenchufado de sus guitarras del rock. Nada va a transformar, a pocos va a entusiasmar pero a nadie va a defraudar.

A mí Only the strong survive (Columbia, 2022) me sabe de maravilla (Soul days, Nighshift, The shine ain't gonna shine anymore, When she was my girl, Any other way), me ilusiona pese a su estudiada caligrafía, me hace pasarlo bien con la música. De eso se trata, de sentirse bien.

Nota: 8/10

No hay comentarios: