
Se conocieron en Los Ángeles, cruzados en el coche fúnebre que conducía Neil Young. Unos venían de Canadá, otros andaban por todas partes. En su música hay un nervio versátil e inconformista que cubre sus paisajes folk-rock con burbujas de psicodelia. Unos cuantos temas suyos son bien reconocibles, como Mr. Soul, Burned o Expecting to fly, siempre con For what it’s worth a la cabeza.

Sólo publicaron tres discos en tres años, del 66 al 68, y buenas recopilaciones hubo después. Stills y Young eran muy inquietos, los cerebros de la banda con miras más lejanas. El primero tocó con Hendrix, Judy Collins, Al Kooper y unos cuantos más además de por su cuenta. El segundo se distanció de ellos pronto y jamás se hartó después de grabar a su aire, discazos varios de ellos, un día suave otro día desbocado, hasta nuestros días. Y CSN o CSN&Y merecen capítulo aparte. Tipos grandes. Buffalo Springfield… escuchadlos ahora un rato, ya veréis qué grandes también.
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