M.I.A. es Maya Arulprasagam, de la etnia tamil, crecida entre Sri Lanka y Londres, de piel tostada y melena rizada, muy guapa. Sus letras, las que escupe en Arular, esconden actitudes combativas, arengas de revolución y furioso desprecio hacia los machos. Esa proclama guerrillera la viste M.I.A. con gruesos velos electrónicos que insisten en la motonomía rítmica, en los berridos hablados acompañados de sonidos y percusiones caribeñas. Suena a Public Enemy unplugged bañado de reggaeton, ¡sí!. Pero ha caído bien, gusta, es 'cool', una chica mona distinta sin cohorte de bailarines detrás ni embutida en jeans o camisetas mojadas. Nota: 1 sobre 5.
Bloc Party no son nada de otro planeta y quizá no duren más que hasta la hora en que llegue el ocaso de los líderes de su sonido y su moda, los sobrevalorados Franz Ferdinand. Vienen también de las islas británicas y descargan pop de guitarras machaconas con acento punk y maquillaje moderno. Pero esa fórmula de nuevo rock sexy que triunfa y multiplica a bandas casi clónicas como Maximo Park, por ejemplo, presenta en su disco Silent Alarm una naturalidad que les descubre menos sombríos y más vivaces y divertidos que los Ferdinand, Y lidera el grupo de jovencitos aún imberbes y con pantalones desgastados Kele Okereke, negro gritón menos mediático y posturitas que Alex Kapranos. Nota: 2 sobre 5.
Los canadienses Arcade Fire, con aspecto a veces de bichejos raros de una comunidad calvinista, chicos y chicas incomprendidos, casi han unificado posturas y merecido calificativos harto generosos. Lo consiguen con su álbum Funeral, experimento tan caótico como fascinante, por igual tenebroso en sus ideas y resplandeciente en su sonido, una obra compleja y catárquica que para nada deja indiferente. En difícil catalogarlos o definirlos porque combinan rock y punk, pop y electrónica; aceleran y retrasan los ritmos y las canciones. Pero nada de eso suena caprichoso, sino calculado e inteligente. Hablan de una renacida 'new wave' (y algo recuerdan a Talking Heads), pero ¿qué viene a cubrir esta ola nueva que hace décadas mandó al punk al olvido y recuperó la alegría del pop? 'Indie-rock', le llaman. No siempre asusta. Nota: 4 sobre 5.
Mother Superior también parieron en 2005 a su séptimo vástago, al que llamaron Moanin’. La banda angelina que durante una década acompañó en las giras y grabó discos con Henry Rollins y trabajó con Wayne Kramer recupera la energía que dilató en su anterior 13 violets para hacerla más compacta y vigorosa en su nuevo disco. Moanin’ no escatima hard rock ni heavy, los combina con un soul garagero intenso y genuino que convierte enormes canciones como la inicial That song reminds me on you, Hole, Devil wind o Jack The Ripper en impresionantes ejemplos de su cosecha para convertirse en clásicos brutales. Nota: 4 sobre 5.Y Madonna también cayó. Su single Hung up me atrapó desde la primera escucha y lo que le sucede en el disco es un repertorio de música disco envolvente y excitante que se te mete en el cuerpo como una droga durante una hora entera sin descanso. Confessions on a dance floor es un juguete del que quedarse colgado. Mejor en una pista de baile. Nota: 4 sobre 5.
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