Fascinación y Jim Morrison en un titular de prensa. El motivo, la publicación de su obra poética completa y el estreno de una serie de televisión. El redactor se pregunta por qué el vocalista, la imagen, de The Doors, "nos sigue fascinando 55 años después"; si se refiere a la efeméride de su muerte, un 3 de julio de 1971 en París, ha sumado mal, porque se cumplen 54 años.Me incluyo entre quienes abrazaron esa fascinación. Y me pregunto hoy, más de 30 años después de aquel descubrimiento y flechazo a una edad impresionable para un chaval que empezaba a coleccionar música, si Jim Morrison, su figura, sus canciones y sus poesías, son todavía fascinantes. ¿El rock and roll es fascinante? Quiero creer que sus gritos, guitarrazos, mitos y leyendas, más de su pasado que de su presente, aún lo son. Aunque el olvido vaya ganando terreno.
Morrison y los Doors me animaron a leer más, a expandir mis intereses musicales, a pensar en el poder de comunicar, provocar y emocionar con versos extraños, música hechizante o con una mano agitándose sobre el paquete bajo el pantalón. En la época en que se estrenó el biopic de Oliver Stone sobre los Doors yo gasté en ver la película más de una vez y en comprar los vinilos oficiales, directos, recopilatorios y algunos piratas del grupo, un póster, una camiseta.Entonces Morrison me parecía único, como su banda; ni siquiera me preguntaba por qué me atraían tanto, me dejaba poseer y llevar por un embrujo que no se propagaba de otra música contemporánea que escuchaba. Pero aquel grupo ya no existía en el momento en que lo conocí, no podría seguir su evolución, ni ver las nuevas vías que seguramente explorarían (los Doors sin Jim fueron durante un par de años un barco a la deriva), ni enfadarme o volver a caer rendido a su música.
No me habría acordado de Jim Morrison de no haber leído ese titular que recuerda su temprana muerte a la edad maldita del rock que él mismo ayudó a alimentar. Diría que ya no consigue fascinarme, he dejado de reconocerme en parte de aquel chaval que se vio la película varias veces y desgastó aquellos vinilos. Aunque me sigan pareciendo flipantes y únicas canciones como Peace frog, Love her madly, Love me two times, The end.