
A Stills le seguía la pista antes en la breve pero ajetreada etapa como ‘front man’ de Buffalo Springfield, donde siempre peleó con Neil Young por dejarse notar más que nadie en el micrófono y en las guitarras. Suya fue la magistral pieza For what it’s worth. Y sabía que junto a Young había participado en un proyecto irregular de mediados de los setenta que dio como fruto el disco Long may you run, además de haber integrado el enorme supergrupo que fue y es CSN y CSNY.

Pues en 1970, en el arranque de su periodo de mayor productividad musical y su despegue hacia una relación nada prudente con las drogas y el alcohol, Stills reunió para su primer trabajo solista a dos gigantes como Jimi Hendrix, con quien había llegado a tocar en el escenario en alguna ocasión, y Eric Clapton. A Hendrix le dio entrada en el tema Old times good times, donde la incendiaria guitarra de Jimi quema menos que de costumbre pero dota al tema de una creciente intensidad. En Go back home, el propio Stills retocó sus sonidos de guitarra con el 'wah wah' en los compases iniciales para dar paso, superados los dos minutos, a un pletórico Clapton y su afilada eléctrica. Fusionadas las cuerdas de uno y otro, la canción va enriqueciendo su base de blues para estallar en un duelo amistoso y espectacular que convierten el tema en una pieza maestra.
En los años siguientes Stephen Stills fue grabando discos llenos de altibajos (Stills, Illegal Stills) y formó la banda de corta vida Manassas, hasta que sus vicios eclipsaron su inspiración para volver a refugiarse con Crosby y Nash y a veces Young. Este año también ha salido de su escondite para ofrecer un nuevo disco en solitario, Man Alive!, catorce años después de su última aventura sin compañía.
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