miércoles, enero 30, 2013

VOLUME ONE 284: GET UP! (BEN HARPER with CHARLIE MUSSELWHITE)



Ponedle cualquiera a su lado que dará la talla. Y bien alta. Ben Harper se defiende como sea y con quien sea. Hace mucho tiempo que dejé de dudarlo. Empieza el año con Get up! (Stax, 2013) junto a un veterano del blues como el armonicista (palabra que no recoge el diccionario de la RAE pero qué más da) Charlie Musselwhite. Se lo lleva al estudio bajo el patrocinio del mítico sello discográfico y se marca un álbum Harper con el mugido metálico de la reluciente armónica de Musselwhite. De apoyo, los Relentless 7 con quienes Harper se entiende tan bien desde hace pocos años. Por eso el disco es inquieto y vibrante, suena más nuevo que clásico, se excita y se apacigua a lo largo de 40 minutos que saben a alcohol de exquisito barril. Compone la banda y el viejo bluesman sonríe astuto en segundo plano. Y tan contentos todos, de ronda a la taberna donde su música queda que ni pintada.

Nota: 8/10

sábado, enero 26, 2013

SOUNDTRACK 124: HOMELAND (II)



En su segunda temporada Homeland va más allá del elogio. Añoraba sentir tanta tensión al final de cada entrega, tanta ansia por que llegara la noche siguiente y comenzar un nuevo capítulo, plantearme preguntas para resolver intrigas o adivinar comportamientos. Su equivalente más reciente en la pantalla grande es La noche más oscura, la excelente película de Kathryn Bigelow que desentraña la captura de Bin Laden. Homeland contiene la misma parsimonia para alcanzar un objetivo, la exhaustiva preparación, la concisión expresiva. El enemigo está en casa, pero lo que consideramos nuestro hogar es un enjambre silencioso apestado de propósitos sospechosos y propósitos dudosos. El CIA y el poder, mejor que no te fíes. Y tras el último episodio, recordando el inesperado suceso que a lo largo de él ocurre, surgen nuevos enigmas apasionantes: ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿quién?, ¿cómo?. Me cuesta pensar que hasta septiembre no llegará la tercera temporada. Homeland también ganó los Globos de Oro en las principales categorías. Memorable el trabajo de Damien Lewis, perverso e indescifrable, y de Claire Danes, intrépida y tenaz. Sensacional también Mandy Patinkin y sus miradas severas agotadas por la resignación y la nostalgia. Una serie de 10.

viernes, enero 25, 2013

VOLUME ONE 283: MY TRUE STORY (AARON NEVILLE)


Con sus brazos musculosos y el aspecto de un elegante patriarca de la Mafia devoto de la cruz que luce tatuada en una mejilla, Aaron Neville se enternece al cantar. De su voz brota una caricia espiritual de confort gospel que no se castiga en absoluto con el paso de los años. El primer disco con fecha de este año que se somete a mi examen es otro ejercicio de nostalgia como el que practican, y bien, Eli ‘Paperboy’ Reed o Nick Waterhouse y al que acudieron hace poco, y no tan bien, Paul McCartney o Jeff Lynne. El hermano Aaron escoge canciones que escuchaba cuando era niño, algún standard pasteloso, algún clásico blues, otro incunable del jazz, y los reúne en My true story (Blue Note, 2013). Hay primera categoría detrás (Don Was, Glyn Johns, Keith Richards, Greg Leisz, Benmont Tench), pero el conjunto es tan previsible y está tan limpiamente grabado, casi tan fiel o sus modelos, que se muestra frío y distante. Insípido.

Nota: 6/10

sábado, enero 19, 2013

EL PLACER DE CONVERSAR, COÑO



No es tan difícil, en serio, basta con dejarse llevar por el placer de la conversación, preguntas y respuestas en vivo, sin distancias. La clave es disfrutar de ello. Hablar durante dos horas sin interrupción, contarse cosas, historias, ficciones, reflexiones, reír, pensar, recordar… y no desviar la atención en absoluto hacia esa pantalla esclavizante alertados por un sonido o una vibración. No más respuestas que las que se dicen a la cara. Miremos al frente y dejémonos la vista en nuestros rostros. No es necesario saber que a alguien le duele una muela, que se ha levantado del sofá para abrir la nevera y preparar un sándwich o que su niño ha marcado un gol en el partido del sábado. Si a esto estamos encaminados, si este abuso consume el encanto de nuestras voces, prefiero quedarme callado.

viernes, enero 18, 2013

VOLUME TWO 58: EDWARD SHARPE & THE MAGNETIC ZEROS


Cualquier aire musical, cualquier pequeña corriente o subgénero, invita a dejar herencia. En algún momento, tarde o temprano, le aparece descendencia. Tenía olvidados a los pocos grupos que al cobijo del estilo llamado freak folk (una variante hippie en tiempos nada hippies del folk rock americano de fragancias frugales) han merecido mi atención. Ahora me encuentro con un peculiar conglomerado de músicos salidos de toda esa tribu de hijos de la naturaleza y el amor libre puestos hasta las cejas de un bucólico espíritu de comunión y embriagados por sueños de otra dimensión. Se llaman Edward Sharpe & The Magnetic Zeros.

Son una decena de chicos y chicas de aspecto desharrapado. Ninguno de ellos es Edward Sharpe, el nombre de un supuesto (o farsante) mesías en el que se inspira el impulsor de esta tropa, Alex Ebert, un californiano que se bajó de su banda de power pop para subirse al autobús del nuevo flower power. Viven en familia, han tenido días itinerantes en los últimos tres años, horas en la carretera para dar a conocer sus dos primeros discos, Up from below (2009) y Here (2012).

Respiran el ambiente relajado y a la vez poco fiable de Laurel Canyon, pero no reviven a CSNY ni a Joni Mitchell. Se apartan de la extravagancia fingida de Devendra Banhart y la espesura artificial de Fleet Foxes y se arriman más al frescor melódico de Vetiver. Sus canciones, idílicas como este Home, dejan expresarse con libertad a varios instrumentos, pero se desnudan fáciles al oído, cercanas a una época que ya no existe y en la que ellos prefieren vivir.

lunes, enero 14, 2013

VOLUME ONE 282: BORN AND RAISED (JOHN MAYER)


Casi todo merece una segunda oportunidad. Hace tiempo cayó en mis manos el primer trabajo de John Mayer, Room for squares (2001), poca cosa, algo blando y sin jugo, un ejemplo de autor que piensas que nunca más vas a volver a escuchar. Tan buen chico él, y chico bien, que no te dice nada. El joven de Connecticut ya está muy crecido, con siete discos de estudio y dos grabaciones en directo. Y descubro un trabajo realmente notable, a ratos deslumbrante, inspiradísimo. Hay nombres de garantía en los créditos de los que John Mayer se ha sabido rodear: las voces de Crosby y Nash, las cuerdas elegantes de Greg Leisz, el respaldo rítmico del gran Jim Keltner. Born and raised (Columbia, 2012) suena optimista sin dejar de parecer nostálgico, con aires californianos de otras décadas, para dejar que el cuerpo lo acompañe con balanceos al calor de una madrugada en el salón de casa. Aún inofensivo pero para retener en el recuerdo, para tener a su autor vigilado.

Nota: 7/10

jueves, enero 10, 2013

BOOTLEG SERIES 27: ERIC BURDON & THE GREENHORNES


Diría que Eric Burdon es de los pocos músicos que en la actualidad podrían asociarse y compenetrarse con cualquier otro músico o productor, de la calaña de Dan Auerbach o Jack White por ejemplo, para grabar trabajos poderosos y bien acoplados a sonidos de estos tiempos. El ‘animal’ aún ruge con fiereza pese a lo errático de su carrera en solitario, salpicada no obstante de algún álbum meritorio mucho tiempo después de romper vínculos con War. Lo recuerdo hace unos seis años por aquí por mi tierra, animado y entregado ante unos escasos 700 espectadores en un recinto habilitado para 8.000 personas. Hace poco se metió en el estudio con The Greenhornes, esos elegantes garageros de Cincinnati, para grabar cuatro canciones. Aparecen en este Ep con el que me he tropezado. Hay energía zeppeliana, blues óxido y frivolidades juguetonas que remiten a Tom Waits. Ojalá fuese el avance de un disco largo, de la buena forma en que se encuentra Eric Burdon.

martes, enero 08, 2013

LIVE IN 141: BOWIE’S BACK


Una década en silencio, varios años en su escondite, y hoy nos despertamos con su regreso al mundo de los vivos. David Bowie habla, canta. Comprimido y tristón en las imágenes de un nuevo vídeo, una canción nueva. En marzo le escucharemos en The next day. El primer aviso es Where are we now?, un tema modesto, sencillo, de añoranza berlinesa, de aire crepuscular. Me gusta. Bienvenido.

lunes, enero 07, 2013

IN THE AIR



En el umbral del comienzo, sin nada a tu espalda que añorar y el equipaje preparado para no pasar frío. Llévate ropa pesada, que dicen que allá hace mucho viento. Apréndete unas líneas con las que te hagas entender, pero compréndete mejor a ti mismo. El billete marca tu fecha de vuelta, deja mejor el regreso abierto, que nunca hay nada seguro al perderte detrás de la esquina.

Marchaste hace tanto tiempo, hace tan poco. Nada te retenía. Se escapan estos días en los que has vuelto, de nuevo entre las calles y personas que conoces, un lugar en ninguna parte, de paso entre la niebla que cubre lo que queda atrás y las nubes que esconden lo que guarda el futuro. Quizá sin que te hayas encontrado aún, sin que te reconozcas.

Has perdido la cuenta de las veces que has vuelto, puede que esta sea una de las últimas, que pronto regreses para nunca más marchar. Demasiados viajes encima, entre un hogar donde preguntan por ti y una larga estación tan alejado de quienes te recuerdan. Quizá te sobra ya un juego de llaves. Acaba un año, empieza otro, todo y nada cambia sin darnos cuenta apenas.

jueves, enero 03, 2013

VOLUME ONE 281: TRAVELING ALONE (TIFT MERRITT)


En espera de recibir las entregas musicales del nuevo año acudo a las grabaciones que por distintos motivos me quedaron pendientes en 2012. Una de ellas es este seductor (“date el gusto de viajar solo”, recita en su primer corte) Traveling alone (Yep Roc, 2012) que firma la texana Tift Merritt. A medida que gana cuerpo su trayectoria también se merece mi creciente aprecio. Esta joven ya va por el sexto álbum, quizá el más maduro, el más seguro. Tiene su voz un poco de la Emmylou Harris de los primeros discos, un estilo de blanca fragilidad. El trabajo es de campeonato, serio pero aromático, con Tucker Martine en la producción, Marc Ribot y John Convertino como acompañantes fijos, y un Andrew Bird con el timbre de Roy Orbison y su delicado violín en uno de los once temas. Muy bonito.

Nota: 8/10